domingo, 4 de mayo de 2014

Día de la Madre dulce y feliz.

      ¿Cómo sorprender a las madres en este día? 

















Pues seguramente con algún detalle especial, muy cuidado, muy bonito y muy casero. Para los que no seáis muy ocurrentes con los regalos y se os dé un poquito bien la cocina, os indicamos una receta de magdalenas que nunca falla, y que es bastante sencilla.

                             ¿Estáis preparados?









                                     Pues allá vamos.
            Os damos la receta de nuestra amiga Bego
                 y veréis que son fáciles y riquísimas.


Para 24 magdalenas, más o menos, necesitamos:

4 huevos

1 vaso de leche

1 vaso de aceite

1 vaso de azúcar

2 vasos de harina

1 sobrecito de levadura en polvo

- Batir los huevos en un recipiente apropiado, añadir la leche y el aceite. 
- Mezclar en otro recipiente harina, azúcar y levadura removiendo con un tenedor, así el azúcar ayuda a    que la harina quede más suelta, y conseguiremos que no se hagan grumos. 
- Mezclar todos los ingredientes (Si tenéis experiencia demostrada, con un recipiente será suficiente y seguramente no se harán grumos, a mí me va mejor así, en dos fases) 
- Lo dejamos reposar un tiempo, media hora o un poco más, porque nos han dicho que así la levadura actúa mejor. Y nos han contado también, que es mejor que los ingredientes estén a temperatura ambiente, por la misma razón. (Como véis, no sabemos cocinar, pero tenemos pistas).

Escogemos unos moldes de magdalena monísimo y los rellenamos por la mitad, más o menos, porque si los rellenáis mucho, al crecer la masa, se desparraman. Si tenéis una bandeja para magdalenas, colocáis el molde en cada huequito. Salen más perfectas. Si no tenéis bandeja, escoged moldes un poco fuertes, o poned dos moldes en vez de uno, para que las magdalenas no pierdan su forma. 

Pero si no tenéis opción, y muchas ganas de hacerlas, usad los moldes que tengáis. Salen igual de ricas, pero se estirará el molde y no quedarán perfectas.





 Si sois de los que coméis con los ojos, sufriréis un poco, pero si coméis con el corazón, como están hechas con amor, no os importará su forma. Con las magdalenas pasa lo mismo que con las personas… la apariencia no importa, lo que importa es el sabor.

                Y a esperar las felicitaciones de mamá.
           ¡Felicidades a todas las madres!... y buen provecho.



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