Rebuscando entre nuestros tesoros, hemos
encontrado unos muestrarios de telas descatalogadas con unos linos de colores
preciosos. Y pensando qué podíamos hacer y qué sabíamos hacer (esto es
importante tenerlo en cuenta), nos hemos decidido a convertirlos en bolsas.
Muy útiles, porque
siempre hacen falta para guardar algo: la merienda, los cromos, las chapas, las
canicas, las tizas… ¡Vaya, qué recuerdos!. Pero seguro que también podemos
guardar cosas de mayores. Sobre todo cachivaches que no son fáciles de recoger
ni muy atractivos a la vista, por ejemplo, un, dos, tres, responda otra vez:
los cargadores de toda nuestra tecnología. ¿A que ya te las imaginas en ese
rincón de tu casa donde va a parar todo lo que no tiene sitio?
Y si tenéis que
hacer un regalo bonito, bonito ¿no os parece que son ideales para no usar papel
o plástico que luego vamos a tirar?
Son 100% irrepetibles, porque no hay dos modelos
iguales y están dibujadas a mano por Bea.
Vamos, que son una monada ¿o no?.
Sinceramente, creo que tenéis que pedirle una a los Reyes Magos de Oriente.
3 comentarios:
Preciosisimas!!!!
Me encantan,tanto las libretas como las bolsitas.Felicidades!!!!
Muchas gracias, Mery....!!!!!
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